sábado, abril 21, 2007

Metidas de peso


Durante la pasada fecha patria del 19 de abril, que se pasó para el 23 pero bueno… concurrí a mi sala de cine amiga (amiga hasta ahí, las butacas están pa tirar, encaren Sres. Directivos de Cinemateca!) para presenciar una película que lamentablemente resultó ser un bodrio de primera línea.

Antes de que comience el filme, los acordes de nuestro himno nacional, compuesto por el reconocido compositor: Francisco Acuña de Figueroa, comenzaron a sonar. Inmediatamente los presentes comenzaron a pararse, alguno incluso con mano en el corazón incluída, cual jugador de fútbol o niño en acto escolar. Obviamente, el público promedio de Cinemateca tiene un perfil de heavy, de soy rebelde y no me gusta comer pop mirando una película, y de no me gustan las butacas cómodas y de me pinta mas mirar un bodrio de un director boliviano que La era del hielo (peliculón), etc.; por lo cuál varios optaron por escuchar el himno sentado.

Un señor, bastante entrado en años, divisa a escasos metros una pareja que no se había parado, ahí se complicó. Le dice el veterano a los gritos: “Señor, el himno!!”, como diciendo: ¡valor, estás sordo, paráte loco, respetá!. Yo pensé que iba a seguir el quilombo pero no, el que permanecía sentado le dijo: “Si, ya sé, pero no me quiero parar”. Y ahí se terminó todo, pero me quedé con ganas de más. Yo esperaba más metidas de peso con el himno de fondo, como: “¡Anti patriota! Andá a cortar los puentes también, gilún! Seguro vos sos de los alcahuetes de Bush, firmador de TLCs! El pobre Lavalleja haciendo la cruzada un día como el de hoy pero de 1825, con sus 33 orientales para libertar a la patria de los intereses portugueses y luchando para instalar la Sala de Representantes en la Provincia Oriental y vos como le pagás, sentado ahí en estas butacas horribles y encima con los pies apoyados en las de adelante, una vergüenza, una falta de respeto a la moral y a la república Oriental del Uruguay que es en donde vivís, pibe”.

La cuestión fue que el episodio del himno estuvo mejor que le peli que me fumé.

La otra metida de peso, ocurrió en el transporte capitalino. No, no era el 427, era en mi querido 21, el que nunca te falla y en el que me siento como en mi casa… bueno, casi, por suerte el sillón de mi living es un poco mas cómodo (si, hoy me dio por la comodidad) y no tengo pasamanos ni nadie que agite una monedita contra el mismo cuando hay mucha gente. Volviendo al tema, el 21 Portones que pasa a las 18.10 por la parada de 18 y Gaboto explota, es decir, es toda un tema viajar en él, va lleno de gente ansiosa por llegar a sus hogares. La cuestión fue que el guarda, como no puede ser de otra manera, comienza sus gritos relacionados a moverse hacia el fondo que hay lugar, o hay gente que quiere subir, etc. Pero se puso muy repetitivo con la frase: “pasen o permitan pasar” y “si no se van a mover permitan pasar”. Lo dijo tan reiteradamente que miré hacia atrás para ver si había alguien obstruyendo el pasaje. Efectivamente, una mujer haciéndose la que no escuchaba los zarpados gritos de mi amigo el guarda, que estaba como clavada en ese lugar.

Hasta que por fin, el guarda se hizo valer: “A ver la señora de saco verde si se mueve”. Le señora en cuestión lo mira pero nada, inmóvil. Pero a un guarda no lo pasa nadie: “¡Señora, muévase que hay gente para subir, o deje pasar!”, ahí la doña reaccionó y dijo lo más pancha: “lo que pasa que ya me bajo”. Bué, bien igual, pero eso no es excusa!
El guarda responde: “Bueno, ud. pase que después cuando tenga que bajar esperamos que llegue a la puerta”. Que bien que estuvo, un capo.

Aprovecho el espacio que me doy a mi misma en este post, para saludar a los obreros de cada 21 Portones o Geant y 21 Pza Independencia o Aduana, que nunca me dejan tirilla y gracias a su cambio de recorrido me dejan a 5 metros de casa!!