domingo, diciembre 31, 2006

Yo sabía que el laburo de todo el año tenía su recompensa:

Si gente, laburo de todo el año, leyeron bien. Mañana parto para el mundo paralelo, más conocido como Rocha, con las playas que solo nuestro turismo interno nos puede brindar. Hablando de brindar, yo voy a seguir con el Roldós... nos vemos a la vuelta (o cuando divise algún cyber entre tanto artesano, surfer y porteño que va a haber).

viernes, diciembre 15, 2006

¡Yo vi a Papá Noel escalando edificios!

Advertencia: si hay menores cerca del monitor que creen en Papá Noel, Los reyes Magos, el Ratón Perez y demás leyendas, evitarle la lectura de las siguientes palabras.

¿Cómo no me di cuenta por mi misma que lo de Papá Noel era una farsa? Todos los años mi family nos hacía (a mi hermano y a mi) la misma jugada y nosotros como unos giles caíamos siempre.

La cosa era así: ya al anochecer del 24 estábamos bañados y perfumados prontos para tirar los CHASQUI BOOM del caso (que reconozco que hasta me daban un poco de miedo, los tiraba rápido como si fueran bombas brasileras, con un fuego que te quema los dedos si demoras mucho).
Empezábamos a dar vueltas por la casa esperando que mi progenitor dijera lo que todos queríamos escuchar: “¿Vamos para abajo a ver si viene Pap…?” – “¡siiiiiiii!”, apenas le dejábamos terminar la frase.
Se suponía que a Papá Noel le daba vergüenza ostentar todas las cosas que podía comprar para todos los niños de América y del mundo, entonces le huía a la gente, evitaba las aglomeraciones y sobretodo a los niños. Por eso, había un 100% de posibilidades de que estando abajo, el barbudo vestido de rojo pasara por nuestro árbol a dejar los regalos.

Abajo seguíamos con los Chasqui boom, el mejor invento para las niñas asustadizas al ruido y los fuegos de artificio como yo, salvo por la parte que la mitad de los explosivos de cada caja era trucho, no hacía ni un ruidito, nada. Mi hermano si se la bancaba y tiraba bombas brasileras, traques, metralletas y algún pedito de vieja… todos tapaban a mis humildes Chasqui boomes.

Cuando mi viejo daba la orden de subir, procedíamos a correr los tres pisos por la escalera ansiosos por ver los regalos.
Una vez en casa, íbamos derecho al árbol, nos tirábamos en palomita hacia los regalos y comenzábamos la apertura oficial de los mismos. No, nunca esperábamos hasta las 24 para abrirlos, fuimos unos privilegiados.

Después venía la interrogación a mi vieja: “¿Pero no lo viste a Papá Noel? ¿No escuchaste ningún ruido?” y mi madre, en una interpretación estelar: “Noo, no sentí nada. Como estaba encerrada en la cocina no me di cuenta…”, a Estela Medina (actriz número uno de la Comedia Nacional, para los ignorantes) le daba diez vueltas con su actuación.

Me pregunto porqué nunca me di cuenta de que mi madre y mi abuela se quedaban siempre en casa, supuestamente cocinando o haciendo algo.

Estaba clarísimo, era un complot que armaron aprovechando la ingenuidad y los deseos materialistas que todo niño tiene. Todos los benditos años se repitió la misma escena tal cuál y nunca sospechamos ni medio. Mis viejos son grosos!!
Después unos vecinos amigos nos desayunaron sobre la real realidad y se terminó todo el teatro, una lástima.

Igual yo no estaba convencida, porque cuando tenía más o menos 5 años vi a Papá Noel!! Pero no lo vi como toda la gilada: en un shopping o repartiendo volantes de la Juguetería El Plata en la Av. 18 de Julio, lo vi TREPANDOSE EN LOS EDIFICIOS con la bolsa de regalos a cuestas. ¡Tremendo!
Yo a todo el mundo le decía copadísima que lo había visto en pleno laburo, además mi padre está de testigo, lo vimos por la ventana ambos.
Entonces yo decía que Papá Noel existía posta, yo lo había visto trepando edificios, no iba a ser un tipo disfrazado que se subiera, ese era el verdadero Santa que está entrenado para eso.
Después me enteré que era un tipo si, un vecino que se las jugó y escaló los apartamentos. Capaz le faltaban algunos jugadores en la bocha o algunos chirimbolos en el árbol (queda más relacionada con el espíritu navideño), pero la verdad estuvo bárbaro, hasta el día de hoy me acuerdo de ese momento.