jueves, octubre 04, 2007

cuando casi me codeo con Julianne Moore


En primer lugar, disculpen que los hice esperar y los privé de que puedan dar lectura a tan perspicaces narraciones. Ahora si, en segundo y último lugar les paso a contar las vivencias durante una mañana de setiembre, cuando me fui de enviada especial de mi blog a cubrir una jornada de la filmación de Blindness en nuestra querida Ciudad Vieja.

Como dijeron los periodistas especializados en reiteradas ocasiones: “Hollywood se traslada a la Ciudad Vieja”, y la verdad fue así. Pero comencemos por orden de mi recorrido sino me mareo: el primer punto fue la calle Colón, toda la gilada recorriéndola con cámara de fotos y/o celular (yo no estoy incluida en la gilada porque yo fui a laburar para el blog, ta?!). Lo que se veía eran las fachadas de los comercios renovadas para la peli y un par de personas mojando la calle para la posterior filmación allí, con una maquina similar al enano chupatierra como aquél que regalaba Berugo.
Hacia el lado de la rambla, un auto y una camioneta Discovery (¡que no era de utilería!) estaban chocadas y ahí fue donde vi una imagen extraña: dos policías sacándose fotos con dichos autos, como si nunca hubieran visto un choque pero claro, esté iba a salir en un año en las pantallas de cine de todo el mundo, debía ser por eso la emoción.

Seguí el recorrido buscando cámaras, movimiento y sobre todo a la fenómena de Julianne Moore (véanse peliculones como “Magnolia” y “Las horas”), para los que dicen que es una actriz “medio pelo” es de Hollywood!! Encaren!! Tiene plata, hace películas y estuvo en la entrega de los Oscar, no como el gordo Lucas y Arthur Martin que se hacen los cosos pero nunca estuvieron en el Kodak Theatre!

Acercándome a la sede del BROU, empecé a ver más gente con la acreditación de la película y movimiento de camionetas y equipos de sonido. Pasé por la carpa de catering y luego si, di con el próximo lugar de filmación, no tengo el nombre de la calle pero es atrás de la Plaza Zavala. La cuadra en la que sería la filmación estaba cerrada por vallas y todos los autos que querían doblar por ahí puteaban cuando tenían que dar la vuelta.
La gente también estaba sensible, era la hora del almuerzo y los oficinistas también se quemaban cuando tenían que caminar una cuadra más: “¡todo bien con la película ésta pero tampoco la pavada, ya están rompiendo las b****!”, decía una pinta.

Estuve un rato sobre la valla para ver si pescaba alguna data, mientras las camionetas iban llegando al set cada una con su identificación: producción, vestuario, producción, camarógrafos, sonido, etc. Imaginen dos camionetas por rubro estacionadas en una callecita de morondanga además de los camiones con las grúas para la cámara y de la escalerita como la que usa Tenfield para filmar atrás del arco.
Aunque no veía un soto, ahí si me sentí en Hollywood salvo cuando los de la productora hablaban bien yorugua: “bo, vamo a comer algo?”, dice uno de los acreditados, “no, me comí la vida allá en Punta Gorda”. Ahí deduje dos cosas, la primera que no estaba en Hollywood y la segunda que veían de filmar en Punta Gorda.

Según mis fuentes (que resultó ser un fotógrafo persiguiendo a los actores), la siguiente escena sería en el interior de uno de los edificios, por ende emprendí la retirada no sin antes escuchar a unos planchuelas que estaban en la plaza. – “Nada que ver la película esta che, si por lo menos actuara Keaneu Reeves todavía pero por los feos esos ni me gasto”, decía una de las chaplán.

El siguiente destino fue el corredor del Palacio Salvo, esto fue por la tarde y ahí si, había micrófonos, monitores y estaba toda la acción! Igual la emoción me duró poco, una señora se me arrima y me dice – “que buena onda el Danny Gloover, viste!?”. Eh? Perdón?, le expliqué que recién llegaba y me dijo: “ Ahhh, que lástima, llegabas 5 minutos antes y veías a los actores”. Mierda!! Encima me lo recalcaba la muy ortiva.
La doña aprovechó y de paso no se le ocurrió mejor idea que contarme casi toda la película y que la hija había trabajado de extra y que probablemente saliera en alguna escena porque estuvo en una escena muy cerca de Julianne… y yo ahí sin ver nada más que equipos, y actores brasileños.

Al que si vi fue a Cesar Charlone, aquel que estaba nominado al Oscar por Ciudad de Dios. El banana estaba preocupado porque había perdido la cédula. Una de la producción le decía que vaya nomás que ella quedaba ahí buscándola y le avisaba cuando la encontrara.
Pero yo pensaba: andá Charlone, encará como cualquier mortal de la R.O.U. y pedí hora en el Geant así para la próxima entrega de los Oscar la tenes pronta.
FOTO: de mi autoría. Allí vemos como la calle Colón se transformaba en Central St., como muestra el circulito. Con la flecha que señala al pie del semáforo, notamos que eran muy de utilería.