martes, julio 03, 2007

se te cayó el activitie book, valor

Hace unas semanas estuve presente en la fiestita de Rock Boulevard, donde Viticus era el llamador de la noche. Vitico, el bajista de la desaparecida banda Riff, en donde tocaba Pappo, es un veterano que anda volando y está entero, dio un buen show de dos horas sin parar.

La verdad que no soy muy fan de Riff pero como mi viejo atomizó siempre con la banda y con Pappo, una termina dándole bola, y hablando de mi viejo, digo con orgullo que fui con él a ver a ese capo. Si si, y no solo porque después ligo un chivito, no sean mal pensados. Hablando de salidas con mi viejo, me acuerdo una vez que me encontré con una compañera de facultad en un tablado y me dice “viniste sola?” a lo que le respondo muy copada, “no, con mi viejo”… para qué, su reacción me dejó mal: “eeh?!??! Yo ni en pedo vengo con mi viejo!”. Podría haberme dicho un: “ah, mirá” que me lo tomaba mejor, pero no eso.

Volviendo a Viticus, todo empezó con una teloneada (acabo de inventar esa palabra!) de Aplanadora, que hicieron un homenaje a Ozzy Osburne. Lo raro de estos metaleros era el líder, el cantante, un rubio de pelo corto y prolijamente cortado y con un sobretodo gris como el que se le puede ver a cualquier oficinista por la Ciudad Vieja. Pensaba que en realidad eso es actitud, salir ante todos los metaleros con esa facha, sin melena para rebolear y sin una tacha encima.

Pero lo que quedó en mi memoria de ese toque, fue una escena en la que en medio de un pogo bastante heavy que se armó, a un pibe que saltaba descontroladamente se le abrió su mochila negra, y las cuadernolas y hojas empezaron a volar por los aires. No se había ni enterado que quizás su cuaderno de geografía de tercero con todos sus mapas de las llanuras y penillanuras se estaban desparramando por ahí y estaban siendo pisadas por el resto de la barra, o quizás podrían ser sus Activitie Book de sus clases de inglés particular o la tabla periódica que tenia dentro del cuaderno de química con todas las formulas para hallar bemoles, no sé, nunca me enteré de que se trataban los cuadernos.
Después de que se le cayó todo cuaderno, mientras él saltaba como un osito gummie, alguien se dignó a avisarle que se le había volado todo. Viendo todo el quilombo, agarró todo lo que se le había caído y lo volvió a meter en su mochila así nomás, como una pelota de papeles, cerró la mochila y siguió el baile.

De acá yo rescato dos moralejas: una, es que si después de clase se van a agitar por ahí, procuren de que el cierre de la mochila esté herméticamente cerrado para no perder los preciados repartidos que te los cobran lindo. La segunda: se puede salir con los padres siempre y cuando tengan onda como el mío, te llevan y traen en auto, te compran cerveza, la entrada y una hamburguesa en el carrito, también como el mío, sino abstenerse.